Debate educativo en Pueblo Belén

¿Qué es el Debate Educativo?
Es un proceso de participación ciudadana con el objeto de recoger diversidad de opiniones y elaborar propuestas sobre la educación uruguaya.Los temas en discusión abarcan la educación formal en todos sus niveles (primera infancia, educación inicial, primaria, enseñanza media, técnica, formación docente y universitaria), la educación no formal, los grandes temas que atraviesan toda la educación y suscitan polémica, y la organización del sistema educativo.
¿Quién lo convoca?
El Ministerio de Educación y Cultura, la Administración Nacional de la Educación Pública y la Universidad de la República.La Comisión Organizadora del Debate Educativo (CODE), creada a estos efectos, debe promover el Debate Educativo en todo el país, velar por su pluralidad y amplitud, y asegurar el respeto por la diversidad de opiniones.La CODE no tiene el cometido de realizar propuestas; tampoco de elaborar un proyecto de ley como resultado de este debate.
¿Para qué servirá el Debate Educativo?
Para elaborar propuestas para el mejoramiento de la educación y bases conceptuales y organizativas para la elaboración de una nueva Ley de Educación que serán planteadas a las autoridades autónomas de la enseñanza y a los Poderes Ejecutivo y Legislativo.El Debate servirá para realizar profundos cambios en la educación uruguaya que en las últimas décadas vio mermados tanto sus recursos como la calidad de sus resultados.
¿Quiénes pueden participar?
Todos los ciudadanos y las organizaciones de todo el país, mediante las Asambleas Territoriales.
En Belén, las asambleas territoriales del debate educativo contaron con el apoyo de Grupo XXI y se realizaron en 4 zonas del pueblo en diferentes días y horarios, como actividad de vínculo social realizada por propios integrantes del grupo de "Rutas 2006". Desde la propuesta de trabajo de Grupo XXI esta actividad continua siendo vinculo a su autoestima, fomenta la gestión activa, la participación, refuerza su compromiso con la comunidad. busca y construye soluciones.



Estudiantinas 2006 de Belen


Los protagonistas del programa "Rutas de Salida" de pueblo Belén y los tecnicos de Grupo XXI durante el diagnóstico participativo (que se discute para trazar la situación que va a determinar las actividades comunitarias) descubrieron que hay carencia de actividades recreativas para los niños y los jóvenes del pueblo .


Los propios integrantes del grupo organizaron sabatinas semanales durante mayo, junio y julio de 2006 en el gimnasio, con la participación directa de 120 niños y adolescentes y aproximadamente 500 personas movilizadas como participantes indirectos y espectadores.


Desde nuestra propuesta se aprovecha a trabajar la autoestima, fomentar la gestion activa, la participación, buscar y construir soluciones, la solidaridad, etc. En esta propuesta se articula la actividad comunitaria con el resto de la actividades educativas del programa, porque trabajamos la autopercepción y el reconocimiento de necesidades comunitarias y como participar activamente en su solución. Las gestiones de recursos y servicios implican el desarrollo de la palabra oral y escrita, la comunicación, operaciones de cálculo, de organización espacial. También la organización grupal, el reparto de tareas y responsabilidades y el sostén de la red.


Llegar a definir una actividad comunitaria sentida y difundir la experiencia a nivel de pueblo ha sido una fortaleza destacable. Para pedir apoyo a la organización reunieron a todas las fuerzas vivas del pueblo en el salón de la escuela y el propio grupo explicó la actividad y los objetivos en una sesión de la junta local (ver foto) y también en la radio local.




Programa "Rutas de Salida" del MIDES

En el año 2005 comenzó a ejecutarse el programa socio-educativo "Construyendo rutas de salida".

En Pueblo Belén la organización de la sociedad civil seleccionada por el MIDES en todos los llamados a licitación fue Grupo XXI con un equipo técnico integrado con Sandra Bacciarini de Oborsky, Cra. Ana Montes, el maestro Luis Molteni, Lic. Daniel Riviezzo, Dra. Graciela Rodríguez y Lic. Silvia García.





Esta información es tomada de la página: http://www.presidencia.gub.uy/_web/noticias/2006/03/2006031514.htm RUTAS DE SALIDA:
GENERAR OPORTUNIDADES QUE FORTALECEN CAPACIDADES
La Ministra Arismendi dijo que "Construyendo rutas de salida" está en todo el país y se trata de repartir los conocimientos propios en una tarea comunitaria, con el reconocimiento de la gente, lo que genera experiencias enriquecedoras y de gran satisfacción, pero en una constante contradicción ya que uno no puede alegrarse por conseguir cosas que la gente siempre debió tener, asegura.
La Ministra Arismendi brindó –junto al Director Nacional de Políticas Sociales del MIDES, Cristian Mirza- los detalles del Programa.
Ya tenemos "Construyendo rutas de salida" en todo el país, tenemos organizaciones sociales o estatales trabajando con hasta 25 jefes o jefas de hogar. Aquí se hace en torno a una tarea comunitaria de seis meses, que puede ser por ejemplo una huerta, que puede ser una actividad en la ciudad. Las Intendencias han solicitado varias tareas comunitarias: el trabajo de desarrollo del lenguaje, oral y escrito; el desarrollo del razonamiento lógico matemático y la posibilidad de trabajar a partir de esa tarea con cálculos y razonamientos, y educación en derechos, entre otros temas. Se trata de repartir los propios conocimientos de la gente en su zona, explicó.
"Hemos visto experiencias muy lindas, porque además la gente se siente muy reconfortada, porque hay un reconocimiento de la comunidad a la tarea que realizan y hay un intercambio muy importante sobre las familias, sobre la relación madre-hijos, sobre la relación padre–hijos, el rol paterno sobre las relaciones interfamiliares y el tema de la violencia. Es todo una gama de aspectos que constituyen ciudadanía", dijo.
"El pueblo uruguayo es un pueblo formidable. Qué reservas que tenemos, cómo la gente dice: ‘bueno, ahora salgo a Rutas de Salidas, pero quiero ir a Trabajo Por Uruguay, o sale del Trabajo Por Uruguay y dice yo ahora quiero un emprendimiento y presentan proyectos’", dijo.
Por su parte, Mirza dijo que es como ver la otra cara del PANES, que es visualizado por la ciudadanía como la transferencia monetaria del Ingreso Ciudadano. "Esto es el corazón del Plan", se trata de: generar oportunidades para fortalecer las capacidades de lecto-escritura y lógica-matemática en el marco del combate al analfabetismo funcional existente; de tener oportunidades de detectar actitudes para el trabajo, aspirando a un ingreso salarial estable a mediano y largo plazo; y el reconocimiento de los derechos sociales, la autoestima e inclusive la integración por ejemplo barrial; "es un programa complejo de procesos socio-educativos", explicó.
"Es la primera vez en la historia del país que un Estado asume un compromiso de tal magnitud de un plan asistencial y funcional", dijo.
Arismendi expresó su orgullo "por ser parte de una sociedad que saca fuerzas mano con mano para ayudar al otro". "La ruta de salida deja de ser un caminito para convertirse en una carretera de salida de emergencia", explicó.



LAS MISIONES JESUITICAS

LAS MISIONES JESUITICAS


A comienzos del siglo XVII, con la anuencia de la Corona Española, comienza la fundación de las primeras reducciones por parte de los padres de la Compañía de Jesús, en el territorio central de América del Sur. Así se inicia la paulatina ocupación de diferentes regiones:
1. El occidente de Asunción y río Paraguay (zona chaqueña)
2. El Guairá, en el noreste paraguayo (zona de selva tropical)
3. El área litoral y entrerriana de los ríos Paraná y Uruguay (parte del actual territorio de Brasil, Provincia argentina de Misiones y la región sudeste del actual Paraguay) (Furlong, 1962)
4. El río Uruguay medio, por su occidente y hacia el sur (actual territorio de la Provincia argentina de Corrientes) y hacia el oriente donde en el siglo XVIII se fundan ya tardíamente, los denominados “Siete Pueblos Orientales” (actual territorio brasileño Estado de Río Grande do Sul y norte de la República Oriental del Uruguay).

A partir de los Guaraníes...

La acción misionera de la Compañía de Jesús se orientó hacia los pueblos tupí–guaraní parlantes que vivían en aldeas próximas a los grandes ríos en la región antes señalada. Se identifican desde el punto de vista antropológico, por pertenecer a un tronco lingüístico común, el Tupí, siendo la mayoría en esta área Guaraní parlantes. Estos grupos, provenientes de la selva amazónica, eran originariamente horticultores, nucleados en asentamientos semi permanentes de 60 a 100 individuos. Sus viviendas estaban conformadas por grandes casas comunales que podían albergar un número importante de familias, llegando en algunos casos a más de 100 moradores. Su economía se asentaba en la agricultura de roza[1], en la caza y en la pesca. La estructura socio-política estaba basada en jefaturas (cacicazgos) temporarios y por encima de ellas, sobresalía la figura de los pajé (chamanes) quienes dominaban los conocimientos de los mitos de origen y de la naturaleza. Por lo tanto accionaban sobre la salud, la vida y la muerte, a partir de una religión de base animista con presencia bien definida de las fuerzas del bien y del mal (Métraux, 1928). La forma de estructuración socioeconómica y simbólica de estos grupos indígenas fue el sustrato y a la vez el punto de partida, para las modificaciones culturales ejercidas por los Jesuitas en su plan evangelizador. Su presencia e influencia produjo cambios sustanciales en su estructura social, comenzando por la transcripción escrita de su propia lengua (Guaraní) hasta la modificación de todos los aspectos socio-económico-simbólicos que pasaron a ser esencialmente occidentales, “pareciendo” indígenas. (Meliá, 1986)
Las reducciones guaraníes-misioneras se establecieron en la amplia zona selvática y de planicies vinculada con los tres grandes ríos: Paraná, Uruguay y Paraguay. Estos ríos, además de haber dado origen a las características geomorfológicas y ambientales especiales que permitieron las tareas agrícolo-ganaderas establecidas como forma económica de sustento de las Misiones, constituyen las mayores vías de comunicación con el exterior del continente americano, asegurando la necesaria conexión con el resto del mundo a través principalmente, del puerto de Buenos Aires y también, aunque en segundo plano, de Montevideo.
El primer pueblo misionero jesuita se fundó a fines de 1609, en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay: San Ignacio Guazú (Furlong, 1962). Hacia mediados del siglo XVIII estaban establecidos en forma permanente, los denominados Treinta Pueblos Misioneros, cuyo territorio total, urbano y rural, abarcaba parte de Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay.


El paisaje cultural...

El vasto territorio de planicies asociadas a parte de las cuencas de los ríos de la Plata y Uruguay, fue ignorado en los primeros siglos de la colonización española, por carecer de las riquezas en metales preciosos, presentes en otros puntos del continente americano. Esta consideración puramente económica y sesgada del área, la alejó de las posibilidades de albergar asentamientos seculares, vinculados a la metrópoli, hasta bien entrado el primer tercio del siglo XVIII.
La geomorfología y vegetación naturales de las áreas de planicie fueron altamente propicias para la reproducción del ganado bovino y caballar, introducido a principios del siglo XVII en un territorio ocupado principalmente por aborígenes cazadores-recolectores. Por su parte, el emprendimiento Jesuita de fundación de pueblos para catequizar indígenas, tuvo desde su origen, una fuerte estructuración económica, para asegurar su formación, desarrollo y continuidad.


Las Misiones y la ganadería

De la compleja trama productiva autosustentable y excedentaria que caracterizó a la organización jesuita misionera, se destaca el intensivo consumo de carne bovina como base de la economía de sustento. De esta forma, los amplios territorios vinculados al río Uruguay, rápidamente poblados por miles de cabezas de ganado, gracias a sus características naturales, se convirtieron en territorios apropiados para una de las dos bases económicas principales de la empresa Jesuita: la explotación ganadera[2]. Esta se realizó a partir de dos modalidades de apropiación del territorio: por un lado, las expediciones temporarias para el arreo masivo de ganado a la denominada "vaquería del mar" ubicada en el área este del actual territorio uruguayo (correspondiente aproximadamente a los actuales departamentos de Lavalleja, Rocha, Treinta y Tres y Maldonado) y realizada fundamentalmente desde los pueblos occidentales de Yapeyú, Santo Tomé y La Cruz. Por otra parte, la apropiación permanente del territorio con límites precisos, conformaban las estancias propiedad de los pueblos de Yapeyú y San Borja. Estas vastas praderas eran controladas a partir de asentamientos permanentes, estratégicamente ubicados en el paisaje natural ("horquetas" que conforman encerronas naturales para el rodeo de ganado, cercanas a las costas de los ríos navegables). Estaban conformados por conjuntos de construcciones y la presencia de un número variable de indígenas misioneros, en dos modalidades: los puestos y las capillas. La estancia de Yapeyú, la mayor de todas, ocupaba de norte a sur, desde el río Ibicuy (RS-Brasil) hasta el Río Negro (R.O. Uruguay) al oriente del río Uruguay, y desde el mismo pueblo de Yapeyú hasta el Arroyo Miriñay con unos 150km de ancho al occidente del mismo río, territorio de la actual Provincia de Corrientes (Argentina). En sentido Oeste-Este se extendía desde el río Uruguay hasta el río Tacuarembó, coincidiendo con los actuales Departamento de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, y parte de los de Rivera y Tacuarembó (Uruguay). La estancia del pueblo de San Borja ocupó la parte oriental del Departamento de Rivera teniendo el río Tacuarembó como límite oeste y extendiéndose por el noreste del territorio uruguayo hacia las planicies riograndenses.
Por lo tanto, el norte de Uruguay formó parte, extensa e intensivamente utilizada, del diseño del espacio macro de las Misiones Jesuíticas bajo la forma de Estancia, genéricamente identificada como la Estancia de Yapeyú. Esta dilatada región fue propiedad misionera desde fines del siglo XVII hasta 1810, aproximadamente.


No solamente guaraníes.....

Si bien las Misiones Jesuíticas se estructuraron principalmente a partir de grupos guaraníes, también recibieron, a lo largo de su existencia, indígenas de casi todas las parcialidades de la región. Los pueblos, contrariamente a los deseos de los padres, no funcionaban como un sistema cerrado y frecuentemente individuos aislados o grupos de nativos, no conformes con las exigencias de la nueva cultura, escapaban reinsertándose en su vida original o pasaban a interactuar como mano de obra marginal en la sociedad criolla. Esto fue una realidad más frecuente para los grupos cazadores-recolectores, que ostentaban formas de vida originales muy distantes a las que ofrecían las reducciones. Otras veces, indígenas no reducidos se acercaban a las misiones con el fin de visitar a sus parientes que sí habían sido persuadidos por los padres. Aunque este fenómeno de "permanencia transitoria" era percibido como un fracaso por el emprendimiento catequizador Jesuita, no es una cuestión menor a la hora de estudiar la influencia misionera a nivel regional. Durante su estadía en los pueblos, estos indígenas aprendieron nuevos hábitos y costumbres, que luego llevarían consigo al abandonar la misión. Es muy posible que el uso del caballo, el manejo del ganado, la costumbre de tomar mate y de fumar, entre muchas otras se haya introducido o reforzado a través de este mecanismo en el mundo de los indígenas que habitaban nuestro territorio. Asimismo no podemos dejar de observar que los puestos de estancias también deben de haber funcionado como nodos avanzados de interacción, con la peculiaridad que estos frecuentemente estaban a cargo de indígenas reducidos.


Al Sur y al Norte del Río Negro

En la banda Sur del Río Negro, la colonización y entrada hacia el territorio se realiza desde los puertos de ultramar, Buenos Aires, Montevideo y en menor grado Maldonado y Colonia. La historiografía tradicional en forma constante, ha establecido la relación puerto-interior marcando la supremacía del primero sobre el segundo basándose en la presencia y reproducción de elites económico-políticas cuya sustentación y crecimiento se hace a partir de los grandes capitales comerciales. Se ha destacado, percibido y transmitido la idea de que a través de los puertos, "desde afuera de América", se produce el avance "civilizador" sobre el territorio. Parece que absolutamente todo llega desde los puertos: personas (colonos, esclavos); productos manufacturados en sus diversas manifestaciones; ingreso de divisas a nivel de los centros comerciales; asentamiento de fortificaciones, etc. etc. Y por ellos salen los productos brutos del territorio que se explotan cuidando las propiedades privadas, bajo la estricta mirada de la oligarquía que la maneja y con criterios generales de apropiación, propiedad privada y uso intensivo.
Sin embargo, el territorio al norte del Río Negro cuenta otra historia que ha sido dejada de lado en la forja de la identidad del estado nación. El proceso de colonización norteño está vinculado con una ocupación del territorio y un diseño del espacio que provienen del Norte, del interior de América y cuyos participantes activos son indígenas, guaraní parlantes, que son los encargados de levantar los puestos, ocuparlos y tomar cuidado de las grandes manadas de ganado vacuno y caballar, una de las bases económicas mas importantes del sistema Misionero Jesuítico. Este territorio no solamente fue ocupado y utilizado, sino que fue propiedad fundamentalmente del pueblo de Yapeyú y una pequeña parte en el Departamento de Rivera del pueblo de San Borja.
Fue una colonización tan temprana, extensa y duradera como cualquiera de las fundaciones tempranas en la costa norte platense. Esta ocupación de nuestro territorio ha dejado huellas cuya visibilidad ha sido invisible a nuestra historia oficial, por ejemplo, la toponimia en guaraní de la mayoría de los accidentes geográficos ¿sabemos por qué es así? Pues se debe en gran medida, a la presencia misionera. Ciudades como Paysandú formaron parte de este emprendimiento y posiblemente y probablemente otros vestigios que aún no hemos reconocido como tales, estén presentes como testimonios de esta ocupación de la que dan buena cuenta los documentos escritos, mapas, cartas, informes, inventarios, etc.


Los ríos no son fronteras...

El río Negro no es una barrera infranqueable, pero es un elemento geográfico que como parte del paisaje cultural nos permite ver dos formas de diseño del espacio a partir de la colonización europea: al sur, vinculada fundamentalmente a la actividad portuaria y su supremacía comercial y por lo tanto urbanística a la larga, y al norte vinculada fundamentalmente con una actividad ganadera ordenada, de manejo de manadas y ocupación estratégica para llevar a cabo estas tareas en función de las necesidades de la población misionera.
El río Uruguay es el gran comunicador norte-sur y a lo largo de él y cercanos a él se establecían los puestos de la estancia misionera. Su uso franquea el Río negro y comunica el centro del continente americano con sus puertos, uniendo entrada y salida de mercancías, personas, información. El primer asentamiento colonial iniciado desde el sur al Norte del Río Negro, se produce con la fundación ilegal de Belén en 1801, en tierras yapeyuanas. Será recién hacia 1810 que ese territorio deja de pertenecer a los indígenas misioneros del pueblo de Yapeyú habiendo sido buena parte vendido y otra simplemente ocupada por la fuerza.

https://www.fhuce.edu.uy/antrop/WEBMISIONES06/final.old/misiones%20jesu%EDticas.htm

200 Aniversario Fundación Pueblo Belen -Salto-

200 Aniversario Fundación Pueblo Belen - Salto-

El 2 de Enero de 1800 el Virrey Avilés encomienda al Capitán de Blandengues Jorge Pacheco, la fundación de un pueblo para contener a los Charrúas y ofrecer tierras a personas ociosas o que no dispusieran de bienes. La población debía erigirse en las cabeceras del Río Arapey con el nombre de Belén, poniéndola bajo el patrocinio de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora.
El 2 de Febrero el Virrey autoriza a Pacheco a utilizar la fuerza para trasladar a los futuros pobladores de Belén.
En Febrero de 1801 parte la expedición desde Paysandú en dirección Norte.
Al llegar al arroyo Yacuy, once familias huyen de la custoria.
El 14 de Marzo llegan a las tierras donde se levantaría la nueva población cuyos trabajos primarios quedan finalizados antes de los dos meses, incluyendo dos fortines para protegerse de los ataques indígenas.
El 11 de Abril, los Charrúas incendian los campos adyacentes a la pequeña Villa tomando fuego parte del Pueblo.
En el año 1809 según el Comandante de Belén Vicente Baliñas solo contaba con medio centenar de milicianos para controlar la jurisdicción.
En 1811, según Bartolomé Mitre (Pag. 441 de ˜Histria de Belgrano˜ ) escribe: ˜Al mismo tiempo que el armamento naval de la Junta era deshecho en las aguas del Paraná, una parte de la Banda Oriental se insurreccionaba espontáneamente, levantando la bandera de la revolución˜. – ˜La miserable población de Belén, fue la primera en dar el grito de insurrección˜ (Setembrino Pereda ˜El Belén Uruguayo Histórico˜, pag.48˜ La comandancia militar en este período estaba a cargo del Teneinte Francisco Redruello.-
En 1811 Artigas establece en Belén su cuartel general para detener el avance portugués.-
1821.- Llega a Belén el viajero Francés Saint Hilaire, estando la villa ocupada por el ejército portugués.- En su diario describe el primer emplazamiento de la villa, mencionando que fue incendiada durante una de la s retiradas de Artigas.- Describe el nuevo emplazamiento levantado por los portugueses.- En la década del 40, durante la retirada de la batalla de Cagancha, Belén es arrasado e incendiado completamente.- La tercera fundación data de 1867, origen del Belén actual, en terrenos que coincidirían con los de la fundación portuguesa, estando a cargo del Gral. Gregorio Castro la comandancia de la Villa.
Bibliografia citada: Barrios Pintos, Historia de los Pueblos Orientales, tomo II año 2000 – Setembrino Pereda, El Belén Uruguayo Histórico, año 1923.- Leonel Cabrera, Carmen Curbelo: Proyecto Belén.-

http://www.correo.com.uy/index.asp?codpag=detProd&smen=filatelia&idp=590&s=1